S. XIX [Lugar inexacto, tal vez Italia]
Aquel atractivo chico entró al burdel. Las prostitutas le dirigían miradas de deseo, y él correspondía con pícaras sonrisas. Realmente no sabía por qué había entrado allí, o que buscaba; pero ya no había vuelta atrás. Se sentó en una mesa un poco apartada, y pidió una copa de vino cuando la camarera se acercó a él, claramente con otras intenciones.
La vio. Una chica castaña, no muy alta y delgaducha, que portaba un minúsculo corpiño negro y unas calzas. Se levantó dejando la copa sin acabar y se acercó a ella. Bajó la mirada, avergonzada, mientras sentía sus ojos examinando su cuerpo trazo a trazo. Y se sonrojó aún más cuando tiró de su mano en dirección a una habitación. Cuando cerró la puerta, la chica se puso a hiperventilar.
-Por favor señor... Soy virgen y... No me gustaría entregar mi cuerpo así...
Para la sorpresa de ella, el chico rompió a reír a carcajadas.
-No quiero tener sexo contigo, ese no es mi propósito. O al menos, no ahora. -Enarcó una ceja, mirándola de arriba a abajo y sonrió. Ella tragó saliva.- Vengo a proponerte una vida mejor.
Bajó la mirada, entristecida, y comenzó a juguetear con mechones de su pelo.
-Eso no puede ser, señor. Yo soy de la clase baja de la sociedad, y usted... de alta cuna.
El chico suspiró.
-No me trates de usted, Sophia. -¿Cómo sabía su nombre? Se preguntó ella.- Déjame intentarlo, por favor. -La tendió la mano.-
Ella, vacilante, la rozó suavemente. Reunió más fuerza y la cogió. Él, complacido, acercó su rostro al suyo la besó. Se abandonaron a besos y caricias. Lentamente, Damen fue descendiendo hasta llegar a su cuello. Y la mordió.
Sophia, antes de perder el conocimiento, abrió los ojos como platos.
Cuando volvió a abrir los ojos, notó el peso de los labios de Damen sobre los suyos, acariciándolos. Acercó sus labios hasta su lóbulo, sin levantar en ningún momento los labios de su piel, aprendiendo trazo a trazo todos los rincones de está; y suavemente susurró:
-Now you are a vampiress of love.
ME ENCANTA :3
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