viernes, 28 de marzo de 2014
Aún dejo las luces encendidas.
Perdón por haceros daño. Me preguntasteis cómo llevaba la pérdida y os respondí que mejor -pero os he mentido-. A decir verdad, aún le escribo cartas cuando nadie me ve o busco su rostro entre la gente; a veces me siento solo en el sofá, albergando la vacía esperanza de oír el ruido de las llaves. Me sorprendo a mí mismo poniendo la mesa para dos o anhelando encontrar su calor en la cama. Supongo que la echo de menos; así que hoy, una vez y una noche más, os he mentido.
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