viernes, 8 de agosto de 2014

Silencio.

Hoy las cosas han cambiado. He dejado de oír tu voz menospreciándome o el sonido de las puertas cerrándose; ya no escucho los llantos en el baño o los vasos rompiéndose en la cocina. Ignoro tu tono de voz alzándose a medida de que te percatas de que no eres capaz de romperme. Ya no me interesa tu voz gritando mi nombre mientras cojo las maletas y cierro la puerta. Ahora rechazo tus llamadas y borro tus mensajes. Hoy he prescindido de ti.
A partir de hoy, he dejado de oírte a ti y he comenzado a verme a mí misma.

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