Una vez más, es invierno de ausencias. ¿Sabes? Aún recuerdo el día en el que te conté la tonta fórmula de escribir el nombre de la persona a la que extrañas en un papel y quemarlo. Tú te reíste y me dijiste que esas cosas no funcionan, que son tonterías que la gente inventa para poder sentirse un poco mejor con ellos mismos. Me sentí tan ridícula y tonta que no volví a pensar en ello hasta ahora. Bueno, a decir verdad, no he vuelto a pensar en ti hasta ahora. Sé que ahora te estarás riendo de mí desde donde quiera que estés, pero he escrito tu nombre una y mil veces en un folio y lo he prendido fuego. Tenías razón, es una tontería que no funciona, tu ausencia aún duele.
Una vez más, es invierno de vacíos. Un invierno donde intento existir de la mejor forma que puedo, donde lo único que permanece son las represalias de todo lo que algún día pasado hice mal.
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